Desde siempre, he sido más de secano que avecilla acuática. ¿Vendrá eso
en mi memoria genética?. Pero en mis revoloteos topé con ecosistemas
acuáticos y, de mejor o peor forma y estrategias he tenido que
adaptarme a la presencia del líquido elemento a mi alrededor.
Así que no me ha quedado otra que ir aprendiendo a nadar, en algunas
ocasiones sigo usando flotador o me disfrazo.
No dejo de mirar las condiciones atmosféricas, que las tormentas en el mar me dan miedo.
A veces soy ave-sirena, mas sirena interior que exterior, y la tristeza me sabe a lágrimas de sal, algas y peces.

Yo nado en mares pequeños............ que si son grandes me pierdo......

A veces me ahogo en un vaso de agua